Como vimos en la entrada anterior, el amor nos trae muchas satisfacciones; pero mal interpretado también muchos lastres, entre ellos el sentirse encadenado. Eso nos ocurre a muchos y muchas en este pais, bastante más que en otros, debido a que desde pequeños, desde el amor familiar, con la mejor intención del mundo nos intentan dar la mejor educación, la mejor instrucción y formación e inculcarnos una escala de valores. En esa escala destaca el sentido de la propiedad; y ahí empezamos a forjar nuestras futuras cadenas. El objetivo es claro: obtener un buen trabajo para tener tu propia casa y formar tu propia familia. Lo que no nos dicen para no traumatizarnos desde la tierna infancia es que tener tu propia casa puede ser un lastre para cuando vienen las vacas flacas. En épocas como la actual con tanta gente, entre la que me incluyo, sin trabajo en nuestras ciudades, una posible solución es buscarlo en otros lugares, pero amigos, pensando en ello nos damos cuenta de que las cadenas que nos construimos anteriormente son muy sólidas; ¿Cómo vamos a dejar nuestras ciudades?, en ellas tenemos nuestras casas, en el mejor de los casos puesto que muchos aún la debemos a un banco. Si, nuestra querida propiedad, de la cuál no podemos desprendernos por que pocos podrían pagarnos por ella, nos impide un traslado a veces necesario.
Y es que los tiempos han cambiado, esta no es la primera gran crisis ni será la última, pero la gente nunca tuvo tantos reparos en emigrar para subsistir como ahora. No estamos dispuestos a irnos solos para abrir camino a nuestras familias a lugares lejanos (y esto aún podria ser posible, la necesidad obliga) pero ¿y las casas?, ¿Qué hacemos con ellas? Cuando veo el modo de vida de ciertos paises basados en el alquiler de la vivienda y no en su propiedad a toda costa, no puedo evitar sentir una ligera envídia. Tampoco es que tengamos que fustigarnos por nuestra "elección", no es tán malo estar pagando durante 30, 40 o 50 años por algo que algún dia será nuestro y nos colmará nuestro deseo de ser propietarios. Es curioso que hagamos lo mismo, en menor medida y sacrificio con otros muy preciados bienes como son los coches bajo la excusa de una supuesta necesaria movilidad olvidándonos de que por otro lado nos la estamos limitando. En estos tiempos desearía tener la valentía de rebelarme contra tanta estabilidad física, tanta atadura, seguro que lograría un empleo más fácilmente, así que ya saben, amigos mios, si alguien quiere comprar un pisito muy cuco en Barcelona con suegra incluida como regalo de promoción sólo tiene que decírmelo.
Puede que algún dia acabe pensando sobre el tema seriamente ¿Quién sabe?
Pues sí... Con el transcurrir de la vida te vas encontrando o tropezando con limitaciones que van implícitas en el camino. Y nuestro cadaquién interior, no contento con ello, se impone nuevas autolimitaciones.
ResponderEliminarUnas ganas inconscientes de estabilidad, de posesión y de comodidad se convierten en el momento menos pensado en barreras para el crecimiento personal y profesional.
Afortunadamente tendremos recursos para gestionar nuestro presente sin caer en lo fácil, que sería cuestionar nuestras decisiones del pasado. Muchos tenemos ahora una pizarra "en blanco" para llenar de nuevas andanzas y, con hipoteca o sin, sabremos cómo hacerlo. Los luchadores siempre sobreviven!
Me gusta mucho tu blog, Quim.
Ánimos! ;)
Coincido con tu comentario, solo es pararse unos segundos y elegir el camino correcto. Gracias por tus ánimos, por tu visita y por tu comentario.
ResponderEliminarSaludos.